Día 15 al 21

Materiales: un lugar tranquilo y seguro

Hemos llegado a nuestra tercera semana!!

Es importante que no dejen de practicar lo ya aprendido para que lo incorporen.

El practicarlo permite bajar el nivel de uso de “piloto automático” es decir nuestra reactividad o, como le digo a mis clientes “disminuir el protagonismo de el reptil o dinosaurio interno que aun habita”.
(ya no es necesario que lo escriban en la libreta si se cumplió con la meta de entrenamiento semanal)

Luego de finalizar la semana 1 y 2 podrán darse cuenta con mayor facilidad si están calificando a sus pensamientos y como están reaccionado físicamente ante estos. El hecho de darse cuenta hará que poco a poco su reactividad disminuya y vean a los otros y a sus reacciones sin tomárselo personal y con más compasión, lo cual solo trae beneficios a nosotros mismos.

Ahora si a la practica 3!

Cuando todo está bien, la respiración ni siquiera la sentimos, la damos por sentada. Cuando nos preguntan, que necesitamos para sobrevivir en una isla desierta, hablamos de comida, agua libros, pero nunca enumeramos el aire para respirar.

Sin comer podemos durar casi 30 días, sin agua no más de 10 pero sin respirar, las personas corrientes no sobreviramos mas de 1,5 minutos y los grandes apneistas entre 3 y 10 minutos.

Ahora que estamos hablando de la respiración, notaran que su atención se ha ido hacia “ella”, y si están con otra persona, noten la diferencia entre unos y otros. Unos respiramos más profundo, otros más superficial, unos más lento y otros con mayor frecuencia.

Recuerdan de la practica 2, como cambia nuestra respiración dependiendo de los estados de ánimo?, si estamos alterados por una discusión esta se torna rápida y poco profunda. Si estamos pensando en alguien que es muy significativo para nosotros podríamos decir que casi dejamos de respirar cuando de pronto un profundo suspiro nos delata.

Así quiero hacerles evidente como la respiración está unida a nuestros estados de ánimo por lo que aprender a regularla es clave para controlar nuestra reactividad.

Practica: Igual que la semana anterior, siéntate con piernas y manos descruzadas, espalda recta. Toma una posición en que te sientas digno y cierra tus ojos, respira normalmente por la nariz, como lo haces cuando estas tranquilo. Continua con los ojos cerrados y pon tu toda la atención en tu panza que se infla y se desinfla cuando respiras, hazlo 4 veces. Nota ahora donde sientes la respiración cuando el aire sale y entra, en los orificios de la nariz? O sobre tu labio…  escoge el lugar en que más la percibes y lleva ahora a tu observador interno a que preste atención a este lugar, mantén la respiración pausada y al mismo ritmo y profundidad.

Mientras estas prestando atención al lugar donde sientes la respiración tal vez te lleguen pensamientos que te hacen distraerte, de pronto ya no estás en tu nariz sino en la reunión de mañana o en el café que te tomaras con los amigos de la tarde… acá inicia realmente tu entrenamiento: cada vez que notes que un pensamiento diferente ha llegado o intenta llegar, dale la bienvenida, como un anfitrión dile “bienvenido” y vuelve con la mayor tranquilidad a traer tu atención hacia tu respiración, no te molestes ni te juzgues, durante estos 5 minutos repite este proceso: tu atención en la respiración y si entras en un pensamiento, apenas te des cuenta te devuelves con gentileza a tu punto de atención de la respiración.

La clave acá no es como entran los pensamientos sino como reaccionas con ellos. Dale la misma bienvenida a todos, sea cual sea y empezaras a notar como aquellos pensamientos que no te gustan empiezan a actuar de una manera radicalmente distinta.

Al finalizar la semana y luego de haber cumplido con esta meta de observar la respiración y dar la bienvenida tratando con gentiliza a los pensamientos que aparecen, por mínimo 5 minutos durante 4 días, disfruta el regalo pequeño por haberse dedicado este tiempo.

Nos vemos la otra semana para revisar este ejercicio y pasar a la cuarta semana.

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